En la mayoría de los casos se inicia con una pápula roja y pequeña, que es descrita como una picada de insecto o como una pústula que se transforma posteriormente en una ulcera que aumenta de tamaño progresivamente. Hay quejas de dolor en el sitio de la lesión y puede haber dolor en las articulaciones.
[2]
El pioderma gangrenosum tiene dos variantes primarias
[2]:
1.
Clásica: Caracterizada por una llaga (ulcera) profunda con bordes de color violeta y que se asemeja a una
ulcera de cama, normalmente observada en las piernas pero puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, como alrededor de la boca, genitales o dentro de la boca, y
2.
Atípica: Tiende a ocurrir en las manos y menos comúnmente en los brazos y rostro.
Los pacientes con pioderma gangrenosum pueden tener envolvimiento de otros órganos o sistemas que se manifiestan como
abscesos que contienen neutrófilos y que son estériles, especialmente en el
pulmón. Otros órganos que pueden estar envueltos incluyen
corazón, sistema nervioso central,
tracto gastrointestinal, los ojos, el
hígado, el
bazo, los huesos y los ganglios linfáticos.
[2]
Puede estar asociado con enfermedades sistémicas (50% de los casos) como
colitis ulcerativa,
enfermedad de Crohn,
poliartritritis (inflamación de varias articulaciones), problemas en las
gamaglobulinas (gamapatia),
leucemia,
linfoma y otras enfermedades. En aproximadamente 30% de los casos ocurre después de trauma o heridas en la piel.
[3][2] Puede surgir también como consecuencia del uso de ciertos medicamentos.
[4] Si hay una enfermedad sistémica asociada habrá también las respectivas señales y síntomas. Las recurrencias pueden ocurrir y las cicatrices son comunes.
[2] El pioderma gangrenosum puede hacer parte del llamado
síndrome PAPA, que incluye artritis, acné y pioderma gangrenososum.
[4]