No existe un tratamiento estándar que sea indicado para todas las personas con quistes de Tarlov sintomáticos. El tratamiento depende de los síntomas, del tamaño del quiste (quistes menores de 1.5 cm. y sin alteraciones locales generalmente tienen tratamiento clínico, y quistes mayores o iguales a 1.5 cm. tienen tratamiento quirúrgico), y de las repercusiones que este causando (compresión nerviosa u ósea) como también de los resultados de la
electromiografía de los miembros inferiores.
[1][2]
El tratamiento clínico se basa en fisioterapia, uso de medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, como medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINES), corticoides,
relajantes musculares.
[1][2][3] Hay estudios con un medicamento llamado
gabapentina que ha tenido buenos resultados para mejorar el dolor.
[7]
Se puede hacer procedimientos como la fenestración (perforación) del quiste con resección (corte) de la pared del quiste y sutura reforzada para prevenir la recurrencia. El quiste se abre y el líquido es drenado y luego con el fin de evitar que el líquido regrese, el quiste se puede cerrar con una inyección de goma de un material que se llama fibrina u otra materia que lo tape y lo selle. Se recomienda realizar monitorización con electromiografía durante el procedimiento quirúrgico para minimizar la posibilidad de lesiones a las raíces nerviosas.
La extirpación microquirúrgica de la pared del quiste puede ser una opción en casos que no responden a los otros tratamientos y que continúan con dolor o daño neurológico progresivo.
El tratamiento quirúrgico puede ser hecho con la
laminectomía sacra con retirada del quiste. La cirugía es indicada para los pacientes que tienen síntomas dolorosos por compresión de las raíces nerviosas y estos síntomas sean exacerbados por alteraciones posturales y por la
maniobra de Valsalva, que es cualquier intento de exhalar aire con la glotis cerrada o con la boca y la nariz cerradas.
[7] Es necesario asegurarse que el cirujano tenga experiencia con cirugía de quistes de Tarlov para mejores resultados.
[1]
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (
TENS) ha mejorado el dolor en algunos casos y no tiene efectos colaterales.
[8]
Una revisión reciente analizó todas las diferentes opciones quirúrgicas, incluyendo las siguientes:[5]
- Laminectomía sacra con fenestración microcirúrgica del quiste
- Laminectomía sacra con la resección del quiste sacro
- Retirada microquirúrgica del quiste junto con duroplastia o plicatura del quiste
- Liberación de la válvula y la imbricación de los quistes sacros con laminectomías
- Eliminación total o parcial de la pared del quiste, reorganización de la vaina del nervio restante, y la reparación del defecto local con el músculo, espuma de gel y adhesivo de fibrina
- Extracción del quiste y el cierre del defecto mediante pegamento de fibrina
- Resección del quiste microscópica y el cierre del defecto mediante pegamento de fibrina
- Fenestración microquirúrgica del quiste al saco dural
- Fenestración del quiste y el cierre de la abertura con puntos y pegamento
- Remodelación de quistes alrededor de la raíz utilizando clips de titanio
- Extirpación del quiste y oclusión de su parte mas estrecha (cuello del quiste)
Los autores de esta revisión concluyeron que los mejores resultados se obtienen con la retirada completa del quiste y el pegamento de fibrina o la resección microscópica del quiste y el pegamento con fibrina o con la extracción del quiste y oclusión del cuello.