No existe hasta ahora un tratamiento específico que pueda detener o revertir la progresión de cualquier forma de distrofia muscular, aunque hay varios estudios de investigación, incluyendo
estudios con células madre. Todas las formas de distrofia muscular son genéticas y no se pueden prevenir en este momento, aparte del cribado prenatal. Los tratamientos disponibles están dirigidos a mantener a la persona independiente durante tanto tiempo como sea posible y prevenir las complicaciones que resultan de la debilidad, la movilidad reducida, las dificultades para respirar y problemas del corazón.
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El tratamiento puede incluir una combinación de terapia física, remedios y cirugía que pueden ayudar a la persona afectada a mejorar su calidad de vida.
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La ventilación asistida es necesaria para tratar la debilidad muscular respiratoria que acompaña muchas formas de distrofia muscular, especialmente en las etapas avanzadas. A veces también se puede necesitar el uso de un tubo de alimentación gástrica.
Los remedios llamados
corticosteroides, como la prednisona, pueden retrasar el ritmo de deterioro muscular en la distrofia de Duchenne y ayudar a los niños a conservar la fuerza y poder caminar independiente hasta en varios años. Sin embargo, estos medicamentos tienen efectos secundarios como aumento de peso, cambios faciales, pérdida de crecimiento y fragilidad de los huesos que pueden ser muy preocupantes en los niños.
Los remedios inmunosupresores como la
ciclosporina y
azatioprina pueden retrasar algunos daños a las células musculares. Los medicamentos que pueden proporcionar alivio a corto plazo de la miotonía (espasmos musculares y debilidad) son
mexiletina,
fenitoína,
baclofeno, que bloquea las señales enviadas desde la médula espinal para contraer los músculos;
dantroleno, que detiene el proceso de la contracción muscular; y la
quinina. Las infecciones respiratorias pueden tratarse con antibióticos.
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La terapia física puede ayudar a prevenir las deformidades, mejorar el movimiento y mantener los músculos lo más flexible y fuertes posible. Las opciones incluyen el estiramiento pasivo, la corrección postural y el ejercicio. Debe comenzar tan pronto como sea posible tras el diagnóstico.
El ejercicio regular y moderado puede ayudar a las personas con distrofia muscular a mantener el rango de movimiento y la fuerza muscular, prevenir la atrofia muscular y retrasar el desarrollo de contracturas.
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Dispositivos de apoyo, tales como sillas de ruedas, aparatos ortopédicos, férulas y otros aparatos ortopédicos y barras de cama aéreas (trapecios) pueden ayudar a mantener la movilidad. Dispositivos ortopédicos, tales como marcos de pie y andadores giratorios ayudan a las personas a pararse o caminar. Hay también dispositivos especiales para personas con problemas del habla tales como una computadora con sintetizador de voz.
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Algunos pacientes necesitan cirugías para contracturas musculares o para problemas de columna.
Las personas afectadas con la distrofia miotónica pueden requerir un marcapasos en algún momento para tratar problemas cardíacos. También puede ser necesaria cirugía para cataratas en personas con distrofia miotónica.
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